Una de las maravillosas posibilidades de internet es su inagotable repositorio de diseño, detalles, soluciones, materiales, proveedores y conocimiento.
Muchas veces nos enfrentamos a proyectistas o propietarios que piden cosas que nunca hicimos. O que hicimos siempre con soluciones locales. Preguntar dentro de la empresa y a colegas abre en parte el panorama. Pero el horizonte es más grande.
Desde hace unos años, nuestro mercado es el mundo.
Recuerdo que para Millenium necesitábamos un dispositivo para colocar en fachada que permitiera la salida de las extracciones de campanas de cocina, y lo terminamos importando de España, porque todo lo que encontramos o podíamos fabricar en Uruguay era mucho más caro o ineficiente.
También de España trajimos para South Beach rejillas de aluminio para las ventilaciones de baños interiores. Sencillas, prepintadas al horno (eternas), fáciles de colocar y baratas.
Las soluciones tradicionales de aluminio eran más feas y complicadas, mientras que en Europa se puede elegir el color, si el pasaje de aire es fijo o regulable, y hasta el modo de fijación. Luego la empresa las siguió usando en otras obras, porque todavía nadie en Uruguay da mejor solución.
Para la obra actual queríamos regueras de acero inoxidable. Busqué en internet y encontré unas excelentes en España ... carísimas. Traer pocas unidades de algo comprado a una empresa no acostumbrada a exportar tiene esa consecuencia directa. Entonces esta vez el camino fue al revés. Rehice el diseño europeo de acuerdo a nuestras necesidades y al gusto de los arquitectos y lo mandé cotizar con empresas locales de acero inoxidable. Las hicimos acá por la mitad de precio y menos de la mitad de tiempo de lo que hubiera demandado traerlas de Europa.
Entonces: hay que usar internet, pero con cabeza abierta.
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